El Río es una cosa de tolerancia
y belleza, un misterio y una metáfora, un organismo vivo que procesos han estado perfeccionando con las edades, formando nuestros
paisajes en las obras de arte más increíbles. Un río apoya la vida, y lleva vida a todas las cosas vivientes proveyéndoles
agua dulce. Esa es su verdadera y única función en la naturaleza que Dios nos regalo.
Pero ¿Qué hacemos con él que afecta la vida de
la gente, la vida de los animales, la vida del río y de la vida de aguas? A ellos
le decimos: “Yo no vendo mi patria, yo no vendo mi Río” “Ríos para
la vida y no para la muerte”.
Hace más de cuatro años, campesinos, indígenas y civiles panameños, nos
hemos manifestado en contra de los proyectos hidroeléctricos sobre los Ríos que representan las venas que llevan vida a nuestras
comunidades. Nos hemos visto en la obligación moral y como acto de supervivencia, estudiar sobre todo lo relacionado con las
represas y trasvases para generación hidroeléctrica. Hemos participado en foros nacionales e internacionales (Tailandia, Guatemala,
El Salvador, Nicaragua, México, Brasil y Ecuador), buscado información en libros, escuchado profesionales, organizaciones
ambientalistas, internet, pero sobre todo hemos compartido con los pueblos que han sido afectados con estos proyectos y los
que se encuentran amenazados por los mismos, y hemos llegado a la conclusión, que el precio que se nos pide pagar a nosotros
la comunidad y a nuestra madre naturaleza, no son justificables y por ningún lado representan el desarrollo y progreso de
nuestro país, sino todo lo contrario, incrementa el deterioro de las aguas, de los recursos naturales, los problemas sociales,
migratorios, la pobreza, el desempleo, la dependencia de nuestro país a la hidroelectricidad,
que los recursos estratégicos estén en manos privadas, y que el Estado pierda sus facultades para garantizar un balance
entre los sectores industriales y económicos y el bienestar social de nuestros pueblos.
Desde 1930 a 1970, la construcción de represas,
a los ojos de muchos era “Desarrollo y Progreso Económico”. Se pensaba que eran una forma “no contaminante,
sencilla y renovable” de obtener energía, pero desde la Cumbre Internacional sobre el medio ambiente de Johannesburgo
2002, en Sudáfrica, las opiniones han cambiado drásticamente, pues los estudios y pruebas demuestran que el Represar y la
Hidroelectricidad NO es LIMPIA y RENOVABLE.
Las llamadas nuevas energías renovables o limpias son
la alternativa: biomasa moderna, geotérmica, eólica, solar, energía marina. Con
el necesario apoyo político, estas energías serían la alternativa para el mundo para reducir la contaminación atmosférica
y los cambios climáticos adversos causados por el deterioro y alternación de los ecosistemas naturales.
Ahora le solicitamos al nuevo mandatario Martín Torrijos Espino, escogido democráticamente por nosotros el pueblo
panameño:
- Cese
de todas las concesiones que el Ente Regulador de los Servicios Públicos este tramitando con empresas interesadas en nuestros
Ríos a espaldas del pueblo y sus intereses.
El Ente Regulador es una institución que no ha
funcionado de acuerdo a los intereses estatales y en beneficio del panameño, sino todo lo contrario existe para apoyar a los
empresarios. Esconden la información al pueblo, se declaran impotentes para dar respuestas, escudándose en que las leyes no
les permiten poder hacer nada. Entonces Sr. Presidente el Ente Regulador no sirve y solo es una fuente de corrupción que favorece
a los sectores empresariales como lo hizo con la Ley 45 donde se convirtieron en juez y parte, pero para detener el aumento
de la tarifa eléctrica pasaron agachados, como ejemplo de cobardía y burla a la patria.
- Derogación de la Ley 45: “Que establece un régimen de incentivos para el fomento
de sistemas de generación hidroeléctrica y de otras fuentes renovables”
Motivos: Es una ley inconsulta, jamás se nos
invito a sus discusiones en primero, segundo y tercer debate, cuando nos enteramos que iban a aprobarla, fuimos a exigir participación
y se nos dijo que vestíamos inadecuadamente para entrar al recinto, que nuestros sombreros panameños no podían ser usados, entre otras excusas. Discutieron en segundo debate desde las 9pm a 12am resultando
en un madrugonazo más que insulta al pueblo. Engañaron a la ciudadanía argumentando que la misma sería para reducir las tarifas
eléctricas y que era la única alternativa para resolver la demanda del país. En ningún artículo se habla sobre este tema,
ni tampoco define que esta energía será para el uso del País y su producción será regulada por las necesidades de la población.
No hay obligación alguna de parte de las empresas para brindarle servicios al Estado sino todo lo contrario el Estado los
promueve e incentiva a ellos con beneficios fiscales y subsidios. Los funcionarios del Ente Regulador decían que no existían
los embalses en estos proyectos y ninguna afectación a los Ríos, que es la mentira más grande de todas.
- Respeto a la decisión y autodeterminación de los pueblos.
Democracia es la que todos creemos que existe
en Panamá, pero la experiencia en estos años nos han demostrado que aquí no se respeta al humilde, que no se escucha al pobre,
que se pasa por encima de los verdaderos panameños y los que en verdad aportamos al desarrollo de nuestro bello país. La voz
de nuestra lucha y resistencia debe ser escuchada y debe ser decisión. Si no queremos un proyecto en nuestras comunidades
y nuestros Ríos, sino queremos salir de nuestras tierras, sino queremos dejar nuestra historia y sistema de vida, se nos debe
respetar y no nos deben violentar nuestra voluntad. Las tierras y los recursos naturales existen porque están en manos nuestras.
Nosotros hemos sido los guardianes y los responsables de que todavía existan y sean de libre acceso para todos. Los empresarios
han convertido nuestro país en muerte, nuestros Ríos en vertederos, nuestras selvas en planchas de cemento. Por eso jamás
aceptaremos que su desarrollo, como el que esta en la capital, no los traigan a nuestro interior. Y esto lo hacemos por nuestros
hijos, nuestros hermanos panameños y por la vida del hombre del campo. Ya son dueños de las capitales, pero que ni piensen
que serán dueños de nuestras vidas.
- Compromiso de búsqueda de las nuevas alternativas de energía.
No nos oponemos al desarrollo del país, pero
sí a su destrucción. La recomendación que le damos a su gobierno y en especial a su persona es que el apuro trae cansancio.
Eliminemos esa política apaga fuego que ha traído siempre el deterioro de nuestro país. Nosotros nos comprometemos a apoyar
todas las nuevas alternativas para construir en verdad una patria nueva donde
se respete el derecho de todas las personas, donde las riquezas y recursos de nuestro país sean para todos y no para unos
pocos. El desarrollo económico no puede estar nunca por encima del desarrollo social y la seguridad de nuestra gente. Por
el bien de nuestros hijos, los suyos y los de todos los panameños.
Somos gente de trabajo, somos jóvenes, somos
campesinos, somos niños, somos esperanza para nuestro país. Nuestras organizaciones no son politiqueras, ni peleamos por cosas
pasajeras o por ir en contra de los mandatarios y los ricos. Nuestra misión y visión es la preservación y mejoramiento de
nuestro sistema de vida, del orgullo de ser campesino, el amor por nuestra naturaleza, nuestra sangre, y la convivencia con
todos los recursos que Dios nos dejo.
Esperamos, que se comparta la visión de este pueblo que hoy se manifiesta y dice “por
que callar si nací gritando”. Panamá, no solo es un Canal, construyamos una nación de derechos y humanidad. Porque
otro Panamá es posible si todos metemos los brazos y el corazón para construir nuevas esperanzas